Esta web proporciona información y direcciones a mujeres que busquen doctores o clínicas que les puedan garantizar la práctica de un aborto seguro.
Puedes ver a continuación en qué países europeos es fácil tener acceso al aborto o en cuáles hay restricciones o incluso prohibición absoluta.
Regulación del aborto a través de Europa
El aborto es legal en casi todos los países europeos, aunque las circunstancias bajo las que está permitido son muy diversas.
A pesar de que casi todos los países europeos permiten el aborto libre durante el primer trimestre, cuando se trata de abortos tardíos, hay muy pocos con leyes tan liberales como las de Estados Unidos. Las restricciones son más severas en países donde la religión católica tiene más influencia.
La mayoría de países de la Unión Europea permite el aborto libre durante el primer trimestre. Tras este período de tiempo, el aborto sólo está permitido bajo determinadas circunstancias, tales como riesgo para la salud o la vida de la madre, defectos del feto u otras situaciones específicas relacionadas con las circunsancias del embarazo o la edad de la mujer. En el caso de Austria, el aborto durante el segundo trimestre de embarazo solo está permitido si hay riesgo gave para la salud física de la mujer (siempre que no pueda evitarse de otro modo); riesgo inminente para la vida de la mujer (que no puede evitarsa de otro modo); deficiencia o disfuncionalidad grave del feto (física o mental); o si la mujer es menor de 14 años.
Algunos países, como por ejemplo Dinamarca, permiten el aborto tras los primeros 3 meses por varias razones, incluidas las socioeconómicas, pero la mujer necesita autorización para proceder.
Cabe mencionar también que el acceso al aborto en gran parte de Europa no depende tanto en los textos legales, sino del punto de vista prevalente y que influye en la interpretación de las leyes. Por ejemplo, allí donde la ley permite el aborto por razones de salud mental (donde se considera que la salud psicológica de la mujer sufriría si el embarazo continuase) la interpretación ha sido muy liberal, mientras en regiones más conservadoras es difícil tener un aborto legal incluso en las primeras semanas de embarazo debido a las objeciones de conciencia, bajo las cuales los doctores pueden rechazar practicar un aborto si éste es contrario a sus convicciones morales o religiosas.
Malta es el único país de Europa que prohíbe el aborto en todos los casos, sin excepción, incluso cuando la vida de la mujer corre peligro. La norma, sin embargo, no se aplica de manera estricta en los casos donde un embarazo pone en riesgo la vida de la madre (ver Aborto en Malta).
En Irlanda el aborto es ilegal con la excepción en el caso de que la vida de la mujer esté en peligro si continúa su embarazo, al igual que en Andorra.
Con la excepción de Polonia, los antiguos países del bloque comunista disponen de una regulación del aborto permisiva. Polonia es un país con una regulación muy estricta, donde también es muy difícil abortar de manera legal. El aborto solo está permitido en los casos donde haya riesgo para la vida o la salud de la mujer, donde el embarazo es el resultado de un acto delictivo (lo cual tiene que ser confirmado por la policía), o donde hay una malformación severa del feto. En caso de que doctor practique un aborto donde se considere que no tenía base legal para hacerlo, éste será sujeto de persecución penal, y, más allá del miedo a ser perseguidos, los doctores evitan practicar abortos, salvo en las circunstancias más extremas.
La mayoría de países europeos cuentan con leyes donde se estipula que las menores de edad necesitan el consentimiento paterno o que éstos deben estar informados acerca del aborto. No obstante en la mayoría de estos países esta norma puede ser eludida si un comité acuerda que la menor puede estar en peligro si sus padres saben de su embarazo. La interpretación práctica de estas leyes varía según las regiones, así como con otras relacionadas con el aborto.
En países donde el aborto es ilegal o con acceso restringido, es muy común para las mujeres viajar a países vecinos con leyes más permisivas. Se estimó en 2007 que 6.000 mujeres irlandesas viajaron al Reino Unido para abortar cada año.